En
un día de Marzo pero del año 415 d.c. muere en forma cruel Hipatia de
Alejandría en manos de los cristianos.
Nacida
en el año 370 d.c. (aprox) en Alejandría, ciudad de Egipto, creció en el culto
ambiente alejandrino, donde otras científicas como las alquimistas María “la
hebrea” y Cleopatra habían dejado su marca.
De la madre de Hipatia no se tienen antecedentes, así que esta anónima
mujer estuvo casada con Teón de Alejandría, ilustre matemático y filósofo, fue
maestro de Hipatia, convirtiéndola en una gran mujer de Ciencia y Filosofía,
algo inusual para la época, ya que las mujeres estaban destinadas solamente al
hogar.
Teón
tenía a cargo el museo, lugar dedicado a la investigación y enseñanza, esta
institución había sido fundada por Tolomeo, emperador que sucedió a Alejandro
Magno, fundador de la ciudad de Alejandría.
El museo tenía más de cien profesores y alumnos que asistían
periódicamente, Hipatia, estudió aquí, y aunque viajó a Italia y Atenas para
recibir cursos de filosofía se formó como científica en el Museo, permaneciendo
en él hasta su cruel muerte. El
Historiador del siglo V, Sócrates Escolástico se refiere a ella diciendo “la
belleza, inteligencia y talento de esta gran mujer fueron legendarios, superó a
su padre en todos los campos del saber, especialmente en la observación de los
astros”.
Enseñó
e investigó durante veinte años matemáticas, geometría, astronomía, lógica,
filosofía y mecánica. Fue oficialmente
nombrada para explicar las doctrinas de Platón y Aristóteles, además enseñó
geometría, astronomía y álgebra. Diseñó
el astrolabio plano, que se usaba para medir la posición de las estrellas,
planetas y sol. Escribió aproximadamente
44 libros e inventó aparatos como el idómetro, el destilador de agua y el
planisferio. Estudiantes de Europa, Asia
y África acudían a sus enseñanzas sobre “La Aritmética de Diofanto”. Su casa se vio convertida en un auténtico
centro intelectual.
Dejemos
que nuevamente Sócrates Escolástico la describa: “consiguió
un grado tal de cultura que superó con mucho a todos los filósofos
contemporáneos. Heredera de la escuela
neoplatónica de Plotinio, explicaba todas las ciencias filosóficas a quien lo
deseara”.
Fue
heredera de un conocimiento que pocas veces se vio tan engrandecido, pero los
cristianos identificaban este conocimiento con el paganismo por lo que quemaron
y destruyeron todos los templos y centros griegos, obligando a las personas a
convertirse al cristianismo, quien no se convertía era asesinado. Hipatia se negó varias veces a convertirse
como también a renunciar al conocimiento griego, a la filosofía y a la ciencia. Fue en la cuaresma de marzo del año 415 que
monjes encapuchados y vestidos de negro la sacaron de su carruaje y la
arrastraron de los cabellos hasta dentro de una iglesia. Bajo el liderazgo de San Cirilo y su mano
derecha Pedro el Lector, la desnudaron y allí frente al altar y el crucifijo le
arrancaron la carne de sus huesos con pedazos de ostras afiladas. Después la despedazaron, arrojando finalmente
el cuerpo mutilado a las llamas.
De
este cruel asesinato en nombre de dios, Sócrates Escolástico escribe:
“Todos
los hombres la reverenciaban y admiraban por la singular modestia de su
mente. Por lo cual había gran rencor y
envidia en su contra y porque conversaba a menudo con Orestes y se contaba
entre sus familiares, la gente la acusó de ser la causa de que Orestes y el
obispo no se habían hecho amigos. Para
decirlo en pocas palabras, algunos atolondrados, impetuosos y violentos cuyo
capitán y guía era Pedro, un lector de
esa iglesia, vieron a esa mujer cuando regresaba a su casa desde algún lado, la
arrancaron de su carruaje, la arrastraron a la iglesia llamada Cesárea, la
dejaron totalmente desnuda, le tasajearon la piel y las carnes con caracoles
afilados, hasta que el aliento dejó su cuerpo, descuartizan su cuerpo, llevan
los pedazos a un lugar llamado Cinaron y los queman hasta convertirlos en
cenizas”.
Orestes
informó del asesinato y solicitó a Roma que se iniciara una investigación, pero
luego renunció a su puesto y huyó de Alejandría. La investigación se posponía por falta de
testigos y más tarde San Cyrilo fue canonizado y elevado a la categoría de
santo. Duele enterarse que por un afán
de dominio y fanatismo religioso, mueran personas de gran inteligencia, que han
aportado al desarrollo y evolución del pensamiento y de la ciencia.
Con
el asesinato de Hipatía en manos de los cristianos, se termina la enseñanza
platónica en Alejandría y en todo el Imperio Romano, pero no mataron solamente
a una persona, mataron a la primera matemática y filósofa mujer de la historia,
y a la más notable intelectual de su época.
Hipatía, es considerada como símbolo del pensamiento libre, pero pagó
con su vida su libertad, el amor a la sabiduría y a las ciencias.