Irene
logra en su narrativa una gran velocidad que rápida entra en el imaginario del
lector. El párrafo que acabamos de leer es
el inicio de su novela “Los bienes de este mundo” que fue publicada por
entregas entre abril y junio de 1941. Como
el régimen de Vichy prohibía el trabajo a los judíos, se vio en la obligación
de publicarla bajo el epígrafe “Obra inédita de una mujer joven”. Después de cinco años del asesinato de Irene
en Auschwitz, se editó en el año 1947 en forma completa.
Nuestra
autora se sumerge en el período de entre-guerras en Francia, retrata y vive su
contexto histórico, momentos en que las costumbres, las ideas y las fronteras
se están desmoronando. Cuenta con gran precisión
los acontecimientos de una familia burguesa desde lo años 1900 hasta la llegada
de la segunda guerra mundial.
El
hilo conductor de esta obra son las vicisitudes de una familia burguesa del
norte de Francia. Pierre Hardelot,
heredero de una importante fábrica de papel, incumple los deseos de sus padres
de casarse con Simone, una rica heredera.
El motivo es que se ha enamorado de Agnes, mujer sin dote y perteneciente
a una familia recién llegada al pueblo. Pierre,
de alguna forma no quiere ser como ser como su padre quien acepta sin protestar
las órdenes y caprichos de su abuelo. Irene
retrata en sus personajes a diferentes prototipos sociales: el avaro, el
romántico, el traidor, lo más sobresaliente es su forma de retratar, de captar
con palabras el arranque de las dos guerras mundiales en Francia.
Es
un deleite sumergirse en la fotografía narrativa de esta gran escritora.
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