lunes, 5 de enero de 2015

"Los bienes de este mundo" de Irene Némirovsky



“Estaban juntos; eran felices.  Siempre vigilante, la familia se deslizaba entre ellos y los separaba con implacable suavidad, pero a los dos jóvenes les bastaba con saber que estaban cerca el uno del otro, lo demás se desvanecía.  Era un anochecer de otoño, a orillas del canal, a principios de siglo”.

Irene logra en su narrativa una gran velocidad que rápida entra en el imaginario del lector.  El párrafo que acabamos de leer es el inicio de su novela “Los bienes de este mundo” que fue publicada por entregas entre abril y junio de 1941.  Como el régimen de Vichy prohibía el trabajo a los judíos, se vio en la obligación de publicarla bajo el epígrafe “Obra inédita de una mujer joven”.  Después de cinco años del asesinato de Irene en Auschwitz, se editó en el año 1947 en forma completa.

Nuestra autora se sumerge en el período de entre-guerras en Francia, retrata y vive su contexto histórico, momentos en que las costumbres, las ideas y las fronteras se están desmoronando.  Cuenta con gran precisión los acontecimientos de una familia burguesa desde lo años 1900 hasta la llegada  de la segunda guerra mundial.

El hilo conductor de esta obra son las vicisitudes de una familia burguesa del norte de Francia.  Pierre Hardelot, heredero de una importante fábrica de papel, incumple los deseos de sus padres de casarse con Simone, una rica heredera.  El motivo es que se ha enamorado de Agnes, mujer sin dote y perteneciente a una familia recién llegada al pueblo.  Pierre, de alguna forma no quiere ser como ser como su padre quien acepta sin protestar las órdenes y caprichos de su abuelo.  Irene retrata en sus personajes a diferentes prototipos sociales: el avaro, el romántico, el traidor, lo más sobresaliente es su forma de retratar, de captar con palabras el arranque de las dos guerras mundiales en Francia.

Es un deleite sumergirse en la fotografía narrativa de esta gran escritora.

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